Ying yang
martes, 24 de noviembre de 2009
YING YANG, MENOS ES MÁS
Ying yang
martes, 17 de noviembre de 2009
BAJO UNA SETA
-¿Dónde podré protegerme?
En eso la hormiguita divisó una hermosa seta y se metió debajo esperando que dejara de llover.
-Hormiga, hormiga, ¡déjame cobijarme debajo de la seta! Estoy toda mojada, tengo frío y no puedo volar.
La hormiga le contestó: -El espacio es muy pequeño, pero no importa, estaremos muy apretadas, pero en buena armonía.
La mariposa y la hormiga se cobijaron en la seta mientras seguía lloviendo más y más. Al poco rato llegó un pequeño ratoncito corriendo y dijo:
-¡Déjenme entrar debajo de la seta! Estoy todo empapado.
La hormiga y la mariposa le contestaron: -Bueno casi no hay espacio para ti, pero no importa. ¡Nos apretaremos un poquito para que tú quepas!
-Todas mis plumas están mojadas, mis alas están cansadas… ¡Déjenme que me seque y descanse bajo la seta hasta que deje de llover!
El ratoncito le contesto:-Pero es que aquí ya no hay espacio.
Y la palomita les pidió: -Apriétense un poquito…
Entonces el ratoncito dijo: -Está bien vamos todos a apretarnos un poquito más, mirad que mojada está nuestra amiga.
La hormiga les dijo a los demás: -¡Pobre Liebre! Vamos a apretarnos un poquito más.
Y la mariposa le contestó: -¿Cómo podría esconderse aquí si no hay espacio?
Así que la zorra miró a su alrededor refunfuñando y se marchó.
Por fin dejó de llover y el sol volvió a brillar en el cielo radiante.
En eso una rana que lo había visto todo desde un sitio cercano se acercó a la seta riendo y croando y le dijo: -¡Amiga hormiga, no te das cuenta que la magia está en la solidaridad! ¡cuando nos ayudamos todo se resuelve!
Finalmente todos miraron la seta y comprendieron porqué, al principio, la hormiga apenas había cabido y, sin embargo, al final los cinco animalitos habían logrado meterse debajo de la seta.
Seta "porta fotos" realizada con pasta de modelar y decorada con pintura acrílica al agua y metaliza. Una seta que te protegerá siempre que sepas usar su magia...
viernes, 13 de noviembre de 2009
BRUJITA CON RECETA PARA UNA BUENA VIDA
Ingredientes:
5 tazas de Amor
4 tazas de Bondad
3 tazas de Lealtad
1 taza de Esperanza
2 cucharas de Alegría
Algunas rebanadas de Buen Humor
Un puñadito de Compasión
3 cucharas de Risa
Preparación:
Toma el Amor y la Bondad y mézclala bien con la Esperanza.
Añade la Lealtad a la mezcla hasta que se forme una pasta.
Añade la Alegría y el puñadito de Compasión. Remover hasta que quede todo bien unido.
Corta el Buen Humor bien fino y añádelo a la mezcla anterior.
Rocíalo de la Risa.
¡¡La Buena Vida está lista!!.
Sois Bienvenidos… Estáis invitados, comed tanto como podáis.
No contiene calorías en ninguna parte.
Es aconsejable para buenas acciones.
(Texto: sacado de internet)
(Foto: VK)
Broche brujita de fieltro en colores amarillo y verde, pelo negro y adornos de abalorios. Una brujita que aportará bienestar a tu vida.
martes, 10 de noviembre de 2009
ELLA NACIÓ FLOR...
Su belleza requiere que quien la mire tenga la capacidad para descubrirla.
Pero en algún momento aparecerá quien no la considere una flor más, y tenga todo el tiempo necesario para deleitarse observándola en cada milímetro, descubra nuevas sensaciones al acariciar suavemente sus pétalos, y no siga de largo, sino que decida que es una flor demasiado hermosa para no conservarla.
Ella nació flor. Ella nació así.
Así también tu vida puede ser como esa flor.
Tal vez pasen cientos o miles a tu lado sin percatarse de tus valores, de tus sentimientos, de tu propia existencia.
Hasta que alguien con la capacidad interior necesaria te descubrirá en medio del mundo.
Alégrate de haber nacido como eres y espera la llegada de ese gran día.
(Texto: sacado de internet)
Broche en forma de flor de fieltro en colores gris y rosa. Una flor nacida para ser flor, demasiado hermosa para no conservarla.
viernes, 6 de noviembre de 2009
TE REGALO, NO SÉ... ESTA PULSERA
martes, 3 de noviembre de 2009
EL ANILLO
El maestro le dijo: -Cuánto lo siento muchacho, no puedo ayudarte, debo resolver primero mi propio problema. Quizá después... -Y haciendo una pausa agregó: -Si quisieras ayudarme tú a mí, yo podría resolver este tema con más rapidez y tal vez después pueda ayudar.
-E... encantado maestro -titubeó el joven, pero sintió que otra vez era desvalorizado y sus necesidades postergadas.
-Bien -asintió el maestro. Se quitó un anillo que llevaba puesto en el dedo pequeño de la mano izquierda y se lo dio al muchacho, agregó: -Toma el caballo que está ahí afuera y cabalga hasta el mercado. Debo vender este anillo porque tengo que pagar una deuda. Es necesario que obtengas por él la mayor suma posible, pero no aceptes menos de una moneda de oro. Vete y regresa lo más rápido que puedas.
El joven tomó el anillo y partió. Apenas llegó, empezó a ofrecer el anillo a los mercaderes. Estos lo miraban con algún interés, hasta que el joven decía lo que pretendía por el anillo. Cuando el joven mencionaba la moneda de oro, algunos reían, otros le daban vuelta la cara, hasta que un viejito se tomó la molestia de explicarle que una moneda de oro era muy valiosa para entregarla a cambio de un anillo.
-Maestro, lo siento pero no es posible conseguir lo que me pediste. Quizá pudiera conseguir dos o tres monedas de plata, pero no creo que pueda engañar a nadie respecto al verdadero valor del anillo.
-Qué importante lo que dijiste, joven amigo -contestó sonriente el maestro -Debemos primero saber el verdadero valor del anillo. Vuelve a montar y vete al joyero. Quién mejor que él para saberlo. Dile que quisieras vender el anillo y pregúntale cuánto te da por él. No importa lo que ofrezca, no se lo vendas. Vuelve aquí con mi anillo.
Llegó a la joyería, el joyero examinó el anillo a la luz del candil, lo miró con su lupa, lo pesó, y luego dijo: -Dile al maestro, muchacho, que si lo quiere vender ya, no puedo darle más que 58 monedas de oro por su anillo.
-58 monedas?! - exclamó el joven.
-Sí -replicó el joyero -Yo sé que con tiempo podríamos obtener por él cerca de 70 monedas, pero no sé... Si la venta es urgente...
El joven corrió emocionado a casa del maestro a contarle lo sucedido.
-Siéntate -dijo el maestro después de escucharlo. -Tú eres como este anillo: una joya, valiosa y única. Y como tal, sólo puede evaluarte verdaderamente un experto. ¿Qué haces por la vida pretendiendo que cualquiera descubra tu verdadero valor? Y diciendo esto, volvió a ponerse el anillo en el dedo pequeño de su mano izquierda.
(Texto: sacado de internet)